Alberto Campo Baeza Casa del infinito
Descripción del Proyecto
El volumen capaz de la ‘Casa del infinito’ −sólido, pétreo, antiguo− encajado en el terreno y coronado por un despojado podio de travertino, se dejará tallar con rigor para dar cobijo en su seno a un sencillo, a la par que ambicioso, programa doméstico. Como en la Casa Malaparte de Adalberto Libera, el lugar con toda su carga de sugerencias, sacralizado por la Historia, preñado de mitología, se manifiesta en la casa desde el presente.
Arriba, en la plataforma abierta al mar, tres cajas excavadas albergan el sol, el agua y la sombra; al tiempo, nueve ojos de cíclopes perforarán con su mirada la dura piedra para verter el azul atlántico en el interior de la caja habitada.
Una plataforma, con cajas excavadas de travertino, frente a la línea del horizonte
El blanco lo envuelve todo
Dentro, donde el blanco lo envuelve todo, incluso el aire, serán otros los ojos, también blancos, pero más pequeños, los que introducirán en el profundo silencio la blanca luz; una luz radical, cálida y eficiente que en clave de ‘mínimos’ acompañará, de manera natural, la arquitectura esencial y precisa de Campo Baeza.
Un plano infinito
Allá fuera, lejos, muy lejos, desde el oscuro horizonte del mar infinito, un faro de diminutas constelaciones, alertará a los navegantes de la presencia de esta dura y radical balsa de piedra que, encallada en la arena de la playa, había osado plantar cara a la furia del viento.
…un plano infinito frente al mar infinito. Nada más y nada menos.
Fotografía: Estudio Campo Baeza