Alberto Campo Baeza Casa Cala
Descripción del Proyecto
Fue Adolf Loos el primero en plantear en sus obras la idea de planta espacial, el método de resolver una planta atendiendo al espacio y al volumen y que representó a la postre su gran contribución al desarrollo de la arquitectura moderna. Bien sabía Campo Baeza que este ensamblaje de espacios de distintas alturas contenidos dentro de una misma envoltura, estaba íntimamente vinculado a la estrategia de economía espacial impuesta por la escasa superficie disponible.
Es lo que explica la influencia que aquellas lecciones aprendidas del Raumplan tendrán en el entendimiento de su última casa que, como sus parientes loosianas, estará pensada más desde el cubo que desde el plano. Motivada por las estrictas condiciones de la parcela y las limitaciones impuestas por la normativa, Campo Baeza partirá de una planta cuadrada de 12x12 m. dividida a su vez en cuatro cuadrados de 6x6 m. que se van elevando desde el suelo, cuadrado a cuadrado, con un sencillo movimiento helicoidal. Esos espacios de doble altura se irán intersecando para producir una diagonalidad concatenada que provoca una sorprendente sensación espacial.
La idea de planta espacial nace con Adolf Loos
"Un ojo sobre Madrid"
El hecho de que la construcción se sitúe además en una ladera en pendiente, que hace que a medida que nos levantamos se muestre con más nitidez el lejano paisaje urbano, refuerza lógicamente la decisión de levantar una casa vertical donde los espacios más públicos estarán en lo más alto, para poder enmarcar y disfrutar así de la panorámica: todo un ojo sobre Madrid.
Contrapunto de luz, Casa Raumplan
Levantada la casa, y siguiendo de nuevo las pautas de Loos, se abrirán en ella los huecos pertinentes para que sea atravesada por el sol de manera que podamos hacer patente su movimiento a lo largo del día. De noche, en su afán por ofrecer un contrapunto a la verticalidad interior, el arquitecto concibió unas líneas horizontales de luz, que reducidas a la estricta expresión de una luminaria, se funden con las paredes al tiempo que amplían el espíritu de familia de los mínimum que hunden sus carcasas en el blanco de los techos.
Fotografía: Estudio Campo Baeza