Ábalos-Sentkiewicz AVE Logroño
Descripción del Proyecto
Lo que sin duda hace singular al proyecto de la nueva Estación Intermodal de Logroño, es la forma pionera en la que aborda la resolución de este equipamiento urbano, guardando un cuidado equilibrio entre los temas infraestructurales y urbanísticos, paisajísticos y arquitectónicos, ecológicos y económicos, según un modelo de gestión totalizador que, en palabras de sus autores, busca calidad en innovación en todos los momentos del proceso, atendiendo tanto los aspectos cuantitativos como cualitativos.
Un volumen de carácter orgánico resuelto mediante la geometría y la luz
Dos naves hipóstilas craqueladas
El proyecto propone aprovechar el soterramiento de las vías del tren, para crear un gran espacio urbano susceptible de lograr el reequilibrio y dar continuidad a la trama perdida en esta parte de la ciudad afectada por el trazado del ferrocarril, al tiempo que repensar el tipo arquitectónico desde una nueva perspectiva que prime la creación de áreas verdes que fomenten modelos alternativos de movilidad. Bajo estas premisas, la nueva estación surge como un volumen de aspecto orgánico envuelto en una piel ajardinada, que acomoda interiormente el programa en una serie de espacios generados a partir de configuraciones geométricas y organizados en torno a dos naves hipóstilas craqueladas, cuya impronta facetada, quiere ser la prolongación de la cubierta.
Brillos puntuales de la luz
De esta manera, el carácter topográfico del parque quedará reflejado en el envés de esta ‘cueva metálica’ que cualifica el espacio de los andenes gracias a la luz natural que penetra a través de doce grandes lucernarios de paredes espejadas de acero, cuyos efectos variables y caleidoscópicos, vendrán reforzados por los brillos puntuales de la luz arquitectónica que, brotando misteriosamente de profundas grietas negras, resuelven los encuentros entre los paños plegados del techo.
Fotografía: Ferram